Muchos dicen- sobre todo los resucitados- que la luna es la abertura de un gran vacìo, que no es vacìo, y tras de ella està el universo nevado de rosas blancas. Dicen que cuando muere el hombre, primero entra en un tùnel muy oscuro, serà el ùltimo camino pues, y gira y gira sin parar, y de pronto se detiene en un lugar donde todo tiene su propia blancura resplandeciente.
No cae nieve, pero nievan luces sobre luces, voces sobre voces, colores sobre colores. Ahì una contempla su propio nacimiento, el paso de su juventud y las hojarasca de la vejez, pero todo reluciendo, o què serà. Las màquinas que ahora inventan los americanos, aùn no lo puedan explicar. Solamente cuando levantemos nuestro ùltimo vuelo y para siempre, sabremos si la luna es hueca o todo ha sido un sueño, simplemente y nada màs.
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