Entrada la noche, la alegrìa y aquella euforia que da el licor, habian hecho estragos, tanto en los bolsillos, como el ànimo.
En uno de los lugares de descanso, se habìa encendido una polèmica entre dos grupos antagònicos. Uno era compuesto por huancaìnos y el otro, por jaujinos, anfitriones del veinte de enero, " fiesta del alma".
En medio del fragor d ela discusiòn, contemplativo y a la espectativa, se encontraba un chuto esperando el desenlace, para entrar en acciòn.
Los primeros le atribuìan a Jauja, toda clase de defectos; y los segundos, con cierto desdèn, les hacìan entender que en Huancayo ya no existìan huancaìnos legìtimos, y por lo tanto, no defendìan nada ni a nadie.
La espuma subìa incontrolable, Esa vez los huancaìnos, decìan que Jauja era una tierra de tìsicos; y los de Jauja replicaban, como realmente era cierto- devolvièdoles la ofensa- que los tìsicos que se curaban en Jauja, luego se iban a establecer y enriquecer a huancayo.
La polèmica, con muchos grados de alcohol de por medio, se mantenìan sin que la sangre llegue al rìo, como se pensaba.
Nuevamente volvieron los huancaìnos a remecer el ambiente, diciendo que existìan tres clases de jaujinos: los jaujinos de Jauja, los jaujinos de distrito y los jaujinos de....¡Michigan!.La paisanada no se quedò atràs y enrostràndoles en la cara su supuesto " señorìo", dijeron que ellos eran unos simples burros cargados de plata, y asì por el estilo.
El nivel de la polèmica subìa amenazadormanete, a tal punto que el lìquido elemento dejò de circular en los pechos sedientos.
Los Huancas nuevamente volvieron a espetar, en son de carcajadas, que hasta el tren entraba a Jauja, pero de trasero. Ràpidamente, no faltò alguien entre los jaujinos que aclarara que Huancayo era una mera fantasìa, y que tenìa una historia inventada por un cajamarquino; un himno creado por dos huanuqueños que exaltan cierto " señorìo" de los Huancas; y por ùltimo, que el creador de la provincia de Huancayo, era nada menos que Josè Jacinto Ibarra, jaujino notable.
Huaycos y cataclismos asomaban en forma amenazadora. Dentro del toldo la disconformidad crecìa; en eso, como queriendo darle a los jaujinos un puntillazo final, un huancaìno espetò, lleno de palpitante sarcasmo dijo:
- Mientras Jauja danza, Huancayo ¡avanza!
El chuto que estaba escuchando calladamente, a quien ya la chicha le habia subido demasiado para estar callado, de un sòlo tajo, en abierta inspiraciòn y sobrecogido de sorna e ironìa, cortò varias lenguas, y dijo:
Si usted por borrico confunde
que sinònimo de avanzar es comerciar,
tenga a bien entender su soberbia:
¡ A Jauja que su vivir, es danza!
el mulo que con azote avanza,
jamàs en la vida ¡Lo alcanza!
Extraìdo del libro " Entre Caretas y Cullucaras" Primera Ediciòn -Enero 1999
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